Lo reconozco, cambié de plan en último momento; pero mereció la pena. Montó una demo con modelos improvisados (odio que otras páginas los califiquen cómo "modelos no profesionales")por parte de amigos, familia y un casting que hizo el propio diseñador a pie de calle en busca de otros más. El resultado: Una colección humanizada, no hay edad ni un género establecido.
Y este punto es muy MUY importante, sobre todo en este país que si no le das las cosas hechas (visualmente hablando), no lo tienen claro es decir; una mujer de 50 puede llevar la misma prenda de temporada actual que un chico de 21, y dejarnos del concepto de que lo único intercambiable en estos tiempos es la ropa vintage o robada de tu abuelo/madre/padre.
Al entrar al espacio reservado todo blanco, con las molduras cinceladas, Grupo Mustang tocando de fondo y los modelos dando paseos a través de las salas te dabas cuenta de algo: estabas en una exposición de arte.
El ambiente y el concepto me recuerda al estilo Martin Margiela, aquel desconocido y loco de la moda que creo que es de los pocos que entienden la moda exclusivamente como arte quitando identidad a la modelo para dar protagonismo a la prenda unicamente. En este caso, el concepto es contrario: reforzar la personalidad de la prenda a través de las diferentes identidades de quién lo lleva.
Mi pregunta es: seguiremos en este país dando bombo a gente sin talento que desfila en Ifema sólo porque desfila allí y tiene más fácil el medio comunicativo o vamos a empezar a interesarnos por nuevos talentos con nuevo concepto cómo es el caso de Alberto Puras?
Yo, ahí lo dejo...
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